¿Qué es el astigmatismo?
Es un defecto refractivo del ojo,
en el que las imágenes percibidas, ya sean de lejos o de cerca, se doblan
provocando una visión distorsionada. Esta enfermedad se acompaña generalmente
de miopía o hipermetropía y se debe principalmente a trastornos congénitos
aunque también puede originarse por algunos traumatismos, inflamaciones o
degeneración de la córnea.
¿Cuáles son los síntomas?
Los más frecuentes, además de la
distorsión de las imágenes ya mencionada, son la fatiga ocular y los dolores de
cabeza, especialmente por la tarde o por la noche. Los niños normalmente
presentan retraso escolar por dificultad en la lectura o en la escritura. Los
pacientes astigmáticos pueden conseguir una visión nítida con gafas, lentes de
contacto o cirugía refractiva.
¿En qué consiste el tratamiento
con cirugía refractiva?
La intervención más rápida,
eficaz y con la que se obtienen los mejores resultados, es la técnica LASIK con
aplicación del láser Excimer, que se realiza con gotas de colirio anestésico,
dura unos 10 minutos y en una hora el paciente ya está de vuelta es su
domicilio. Cuando el astigmatismo está asociado a miopía o hipermetropía, el láser
se programa para corregir los dos defectos a la vez.
¿Se puede operar cualquier
astigmatismo?
En general el LASIK está
indicando en el astigmatismo congénito hasta 6 dioptrías. El astigmatismo
congénito hasta 6 dioptrías. El astigmatismo secundario a traumatismo o
degeneraciones de la córnea, se suele tratar con otras técnicas.
¿Quién debe realizar estas
intervenciones?
El éxito de estas intervenciones
depende en la misma medida de la tecnología, la experiencia y la habilidad del
cirujano oftalmólogo. Para evitar riesgos innecesarios, elija un centro que
disponga de un equipo médico con amplia experiencia en la aplicación del láser
en cirugía refractiva y dotada con la tecnología más innovadora.
